La senadora Roxana Itatí Latorre por Santa Fe anunció que no acompañará el proyecto de la opsición de sancionar el 82% móvil para los jubilados. Se impuso la entrevista matutina en una radio de primer nivel. Tres avesados entrevistadores -una experimentada señora, una jóven que trabajó en P12 y un ex jefe de agencia -consultaron por teléfono a la legisladora santafesina. Esos son los personajes y el entorno, la entrevista fue terrible.
La senadora comenzó precisando su filiación política: “soy peronista”, dijo, lo que habría de repetir más de una vez durante la conversación; además marcó sus diferencias con el oficialismo; luego fundamentó su posición sobre la norma propuesta diciendo que había revisado los proyectos de la oposición para el segundo semestre del año y que había advertido en ellos una intención de limitar los fondos al Gobierno Nacional, lo que dijo no compartir por no ser nuestro sistema parlamentario sino presidencialista, aunque aseguró que lo comprendía, en vistas de la contienda electoral de 2011.
Se inició ahí un diálogo marxista -digno de Groucho, Chico y Zeppo Marx, lamentablemente Harpo no hablaba- entre una legisladora que repetía sus argumentos claros, justificables y sin fisuras y tres entrevistadores obstinados en que abjurara de ellos y dijera que había sido cooptada por los K.
Casi al finalizar la entrevista, el hombre interrogó a la senadora sobre cuál sería su voto el año próximo entre Kirchner y un candidato no peronista: ella ratificó su posición doctrinaria y aceptó que votaría a K, lo cual no ratificó para el caso de que la compulsa fuera entre el pingüino y otro peronista, por lo que el periodista se quejó de que así no podía saber “de qué lado está”.
El final pudo más. Cuando Latorre insistió en cual será su voto sobre el 82% y -luego de una entrevista en la que jamás se mencionó la necesidad o no de ese incremento- la más experimentada de las entrevistadoras dijo: “va a ser muy difícil”, sonando -para mi subjetividad- a una confesión de que no la habían podido convencer de cambiar su voto o de que aceptara un supuesto encolumnamiento con el oficialismo, lo que había quedad expuesto cuando le dijeron que “hasta hace cinco minutos” había pertenecido al Peronismo Federal, lo cual ella negó por ser público que nunca integró ese sector.
No vale quejarse de los jóvenes reporteros: los tres entrevistadores tienen más de quince años de profesión, con especial, destacada y hasta admirable dedicación al ámbito político, lo que demuestra que todos -absolutamente, todos- estamos expuestos.
Otra: habría que definir con claridad que es el periodismo independiente, para evitar caer en discusiones fangosas con funcionarios, legisladores y dirigentes varios.