jueves, 28 de octubre de 2010

Cipayos


Cipayos. Hacía años que no decía esta palabra. Hoy me salió cuando me acordé de los que desde hace un par de años vienen criticando la moda de la Presidenta Cristina Fernández o los que hicieron sonar sus bocinas en la mañana del 27 de octubre, festejando la muerte. Son los descendientes de los que alguna vez se alegraban por la posibilidad de estar bajo el yugo inglés o los que habían trabajado destruyendo a otros estados hispanoamericanos para favorecer a sus patrones británicos. Luego, cambiaron de jinete, pero no de costumbres y Braden supo iniciar una nueva era de cipayos locales, con esos mismos que criticaron a Evita, que vivaron el cancer, que bombardearon a civiles y fusilaron a sus camaradas. Sería demasiado mencionar el período que quedó flotando entre dos helicópteros.

Desde que falleció el ex Presidente Nestor Kirchner, aprovechando espacios en algunos medios, esos cipayos cobardes golpean a la Presidenta -en el momento de su congoja- con el argumento de dar por clausurada una época y preguntarse sobre el futuro, tratando de empujar a Esta Mujer a una claudicación.

Tiene lógica. Tiene la lógica del cipayo, del traidor, del cobarde: atacar cuando el otro está debilitado, no importa cual es la circunstancia que viva. Porque tiene que traicionar para quedar bien con su patrón. No molesta el que defiende su posición, molesta el que traiciona para defender la posición del de afuera.

A pesar de los deseos de los cipayos, en el velatorio, la Presidenta aparecía entera. También, tiene lógica, porque si Esta Mujer es blanco de los cipayos y de quienes les paga es porque fue ella la que derogó el inmoral régimen de AFJP; fue ella la que se animó con la 125; fue ella la que impuso la Asignación Universal por Hijo; fue ella la que nos devolvió el Fútbol; fue ella la que sancionó la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual.

Los cipayos seguirán atacándonos, impulsándonos a entregarnos a sus patrones, con el argumento de la concordia; empujándonos a descuidar el futuro, con la historieta de olvidar el pasado. Más allá de su dolor del momento de la pérdida, hoy confío en Esta Mujer.

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